No contar con una persona cualificada.
Lo ideal es tener a una persona o equipo con conocimientos en redes sociales y estrategias de comunicación para que gestione de forma efectiva tus páginas.
También es importante que controle y monitorice toda la información que pueda afectar a tu sector y las acciones de tu competencia.
Estar en todas las redes sociales.
Hay que saber elegir bien las plataformas en las que nos vamos a mover. Analiza en cuáles va a tener presencia tu empresa para ello, ten en cuenta tu sector y tu público objetivo. No es necesario estar presente en todas las redes sociales, pero sí ser constantes en las que elijas.
Falta de actividad.
Muchas empresas abren perfiles en redes sociales para crear una promoción o anunciar un producto, consiguen miles de followers y cuando acaba la acción no vuelven a actualizarlas.
Una red social sin actualizar proyecta una mala imagen de la compañía, la constancia es un favor clave en internet.